jueves, 3 de junio de 2010

El índice telefónico



Encontré este texto en su diario y me pareció oportuno conservarlo. Como verá el lector, se refiere a un minúsculo episodio de su vida. Dice así:

"Hazte cargo de confeccionar el índice telefónico". Recibí esta orden de mi superior. Aquí, en este municipio patagónico que me permite –ya entrado en años- mantener vigorosa mi pobreza. No pude menos que sonreírme. Me pareció que en esa frase del joven subsecretario, por primera vez se me revelaba –de existir la Providencia- su humor. Ese humor que, en la sonrisa que me provocaba, desacralizaba al universo, a la historia y a mi intenso y ajetreado curriculum, no menos que al solemne imperativo de confeccionar ese índice telefónico. Humor que quizás tuviera algo que ver con la risa y, quizás, también, con ese segundo libro de la Poética que en vano la itálica ironía de Umberto Eco trató de hallar en la laberíntica biblioteca que su ficción construyó y que alguno de sus personajes, traicionándolo, incendió.” 

¿Que quién fue el autor de este texto? Alguien que durante muchos años me fue confidente y cuyo vivo presente va entretejiendo, día a día, mi pasado.

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