domingo, 9 de enero de 2011

HIJOS DE CAÍN, NO DE ABEL


  Caín da muerte a Abel - Tiziano

Las ofrendas de Abel agradaban a Elohim. No así las de Caín.
Caín deseaba que su ofrenda agradara a Elohim. No acertó Caín en la elección de su ofrenda. Y no atendió Elohim a su deseo.
No podía Caín matar a Elohim, pero sí a quien Elohim prefería. Caín mató a Abel, su hermano.
Nada nos dice el mito respecto del dolor de sus padres por la pérdida de Abel y el exilio de Caín.
Caín fundó pueblos, produjo el fuego e inventó oficios. De él aprendieron los hombres a habitar lo inhóspito.
Construyeron luego ciudades y en sus casas albergaron a sus hijos. Y las circundaron con murallas y puertas para defenderse de sus enemigos.
Todavía añoran los hombres el beneplácito de Elohim. Y el fratricidio aún perdura entre ellos.
Son ellos hijos de Caín. No de Abel.
El menosprecio del don ofrecido está en sus orígenes. Y el fratricidio fue para ellos su irracional secuela.
Es esta la genealogía de los humanos, según refiere un mito de raíces perdidas en Canaán.

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